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PRIMERO

Primero de Bachillerato es un curso en que se espera que el alumnado adquiera las nociones básicas sobre los temas principales de filosofía. Es fundamental, sobre todo que se comprenda propiamente qué es filosofía, cuál es su objeto, para después poder manejarse durante el curso. Cada una de las cuestiones principales corresponderá a un trimestre.

A lo largo del curso se tratarán tres cuestiones fundamentales que corresponden, grosso modo, con los campos en los que nuestro estudio se dividirá: 

¿Qué puedo conocer? Esta pregunta tiene como objeto, primeramente, el ámbito de la existencia. Busca, en un primer momento resolver, cómo podemos definir y acotar las condiciones y espectro de la realidad para luego preguntarse, ¿cómo, entonces, doy cuenta de ellas? 

Se estudiará aquí, entones, lo que conocemos como metafísica y, después, teoría del conocimiento.

¿Qué puedo hacer? Esta es una pregunta que nos es, en un primer momento, mucho más familiar. Intenta resolver las cuestiones que se refieren a la ética, la moral y el Derecho, y para ello estudiaremos cómo podemos considerar los actos y la libertad de acuerdo con la razón.

¿Qué puedo esperar? Esta cuestión intenta responder, después de haber establecido gracias a la cuestiones anteriores la delimitación del mundo y la definición de la acción y la libertad , en qué condiciones se haya el ser humano frente al porvenir. 

PRIMERO

Primero de Bachillerato es un curso en que se espera que el alumnado adquiera las nociones básicas sobre los temas principales de filosofía. Es fundamental, sobre todo que se comprenda propiamente qué es filosofía, cuál es su objeto, para después poder manejarse durante el curso. Cada una de las cuestiones principales corresponderá a un trimestre.

A lo largo del curso se tratarán tres cuestiones fundamentales que corresponden, grosso modo, con los campos en los que nuestro estudio se dividirá: 

¿Qué puedo conocer? Esta pregunta tiene como objeto, primeramente, el ámbito de la existencia. Busca, en un primer momento resolver, cómo podemos definir y acotar las condiciones y espectro de la realidad para luego preguntarse, ¿cómo, entonces, doy cuenta de ellas? 

Se estudiará aquí, entones, lo que conocemos como metafísica y, después, teoría del conocimiento.

¿Qué puedo hacer? Esta es una pregunta que nos es, en un primer momento, mucho más familiar. Intenta resolver las cuestiones que se refieren a la ética, la moral y el Derecho, y para ello estudiaremos cómo podemos considerar los actos y la libertad de acuerdo con la razón.

¿Qué puedo esperar? Esta cuestión intenta responder, después de haber establecido gracias a la cuestiones anteriores la delimitación del mundo y la definición de la acción y la libertad , en qué condiciones se haya el ser humano frente al porvenir. 

TEMA 1

1.1. Conocimiento vulgar y conocimiento racional

 

El conocimiento racional es el esfuerzo metódico, es decir, científico, que intenta construir una teoría universal sobre la realidad. Este uso teórico de la razón se diferencia del pensamiento vulgar o no racional en que éste último no se preocupa por la universalidad de los acontecimientos o por sus causas. Éste pensamiento común no es peor ni pernicioso frente a la razón, la única diferencia es que no aplica un método. Es decir, que no proporciona una forma de que estas investigaciones sean reproducidas, comprobadas y compartidas por más gente. Por tanto, no se puede comprobar su validez.

 

La ciencia, se diferencia de la filosofía -también saber racional- en que, además del método, se encarga de parcelas concretas de realidad, mientras la filosofía indaga sobre la totalidad de la realidad.

 

La filosofía, además se podría dividir en tres cuestiones fundamentales:

  1. ¿Qué puedo saber?- Realidad. Teoría del conocimiento. VERDAD

  2. ¿Qué puedo hacer? - Ética y Derecho .  JUSTICIA

  3. ¿Qué me cabe esperar? -  Estética y política. Libertad. BELLEZA

 

Universal: aplicable para todo ser en cualquier tiempo y en cualquier espacio.


 

1.2. Nacimiento de la filosofía y el pensamiento racional.


 

Tales Tales nace en Mileto en el siglo VI a.C. Está dentro del grupo llamado Los siete sabios de Grecia y es considerado la primera persona filósofa. Se sabe que predijo eclipses de sol, las crecidas del Nilo, además de ser un poderoso estratega militar.

La relevancia de este personaje es que pone de relevancia la diferencia entre estos saberes eminentemente prácticos y la filosofía. Que ambos, son científicos y racionales, pero sólo la filosofía es, además desinteresada. Esto es una forma de decir que no se interesa por las cuestiones concretas e inminentes (tan inminente como su caída al pozo), sino por el interés general y superior de lo que trasciende la mera realidad.

 

Sócrates. Sócrates nace en Atenas en torno al año 470 a.C.. No escribió obra alguna, pues considera que el conocimiento se transmite verdaderamente gracias a la oralidad y no por el cambio que se estaba culminando, la escritura. El método que utilizaba Sócrates era el diálogo, mediante el cual indagaba en la esencia de las cosas, esto es, ¿Qué son las cosas? (qué es un zapato, qué es la justicia, etc.) . Gracias a esta indagación se enuncia lo verdaderamente universal y no sólo el aspecto que esas cosas puedan tener. Sócrates era, entonces, crítico con las respuestas que le daban sus coetáneos y por eso, se enfrentó a una condena a muerte por parte del Tribunal de los Quinientos en el año 399 a.C.

Tema 1. Práctica.

Comentario de texto

No es de asombrar que se asesine a príncipes y estadistas. A menudo hay cambios muy importantes que dependen de sus muertes y, en vista de la eminencia en que se encuentran, se hallan particularmente expuestos [...]. Pero hay otra clase de asesinatos que ha prevalecido desde comienzos del siglo XVII [...]: me refiero al asesinato de filósofos. Señores, es un hecho que durante los dos últimos siglos todos los filósofos eminentes fueron asesinados o estuvieron muy cerca de ello, hasta tal punto que cuando alguien se llame a sí mismo filósofo y no se haya atentado nunca contra su vida, podemos estar seguros de que no vale nada; por ejemplo, creo que una objeción insalvable a la filosofía de Locke (si acaso hiciera falta alguna) es que, aunque el autor paseó su garganta por el mundo durante setenta y dos años, nadie condescendió nunca a cortársela.


THOMAS DE QUINCEY. El asesinato como una de las bellas artes.

Tema 2. El conocimiento.

La sensibilidad y los conceptos

 

El conocimiento empieza a formarse a partir de los sentidos o, dicho de otra manera, de los estímulos sensibles de las cosas. Si bien este conocimiento es primero, es insuficiente e imperfecto. Hemos visto en muchas ocasiones como las cosas presentadas de algo que teníamos en mente no se adaptan exactamente a la definición o cómo cuando, en ocasiones intentamos construir materialmente algo, no cumplía con la definición. Los conceptos, sin embargo, sí cumplen siempre con la definición de la cosa, pues es, propiamente, lo que las define. Los conceptos explican las “características compartidas” de aquello de lo que se habla. O, lo que es lo mismo, sus representaciones universales. Que algo sea universal, recordemos, significa que la definición tiene que poder ser aplicable en cualquier tiempo en cualquier lugar. (Sabemos que las condiciones para que algo sea un triángulo se cumplen en los triángulos del Caribe, de Pontevedra y del Antiguo Egipto: siempre será una figura de 3 ángulos que sume 180º). Lo contrario a lo universal es lo particular, que se aplica para las cosas de un determinado momento en un determinado lugar, por ejemplo, el triángulo que construí que es verde y de plástico. Es muy difícil compartir el conocimiento mi triángulo, pero cualquiera podrá imaginar un triángulo si le digo sólo que imagine una figura de 3 ángulos y 3 lados. A este conocimiento universal se llega gracias a la capacidad de razonamiento que tienen todos los seres humanos, y que hemos ejemplificado con la anécdota del esclavo de Menón.

 

Por esto Sócrates iba preguntando siempre ¿Qué es esto o aquello?, porque la pregunta de qué es, bien contestada es la pregunta por la definición. ¿qué es un zapato?, ¿qué es la libertad?, ¿qué es la justicia?.

 

Ahora bien, como ya expuso Hegel, el conocimiento científico no va de lo particular a lo abstracto sino, más bien, de lo abstracto a lo concreto. Veamos cómo: puede que, en alguna ocasión hayamos hablado o salido al campo con alguna persona experta en  biología. Ésta persona, probablemente sea capaz de ver con mayor claridad que el “bicho” que nosotros vemos es una especie de Scarabaeus viettei. Ésta persona ve, sin duda, con mayor precisión de lo que hemos visto nosotros. Puede ver algo que a los que no conocemos estos conceptos se nos escapa. De la misma manera, muchas cosas diferentes se agrupan bajo un mismo concepto que puede abarcar cosas muy disímiles en un primer momento. Tomemos el ejemplo de un San Bernardo y un Chihuahua, ambos caben en el concepto de “perro”, pero sólo podemos asociar ejemplares tan distintos cuando ya antes conocemos tal concepto. Para poder usar como “molde” si lo que percibimos sensiblemente encaja con nuestras ideas (también llamadas conceptos).

 

Recordamos la diferencia que dio Platón de los “dos mundos”, que no son tal, sino dos maneras de acercarse a la realidad, la de los sentidos o la de las Ideas, más elevada.

 

La ciencia habla los objetos: de los árboles, las piedras o las nubes, por ejemplo. Pero de lo que comparten todas los objetos de esa región natural universalmente. Es decir, de las leyes. Llegamos a establecer estas leyes por el método hipotético-deductivo que nos garantiza que algo que hemos “descubierto” pueda ser comprobado o reproducido por más gente. Es una forma de demostrar lo que afirmamos científicamente.

El método hipotético deductivo sí comienza estudiando cosas concretas de la realidad, o hechos, muchas veces para extraer lo que tienen en común a partir de la cual poder establecer una hipótesis; una explicación de este comportamiento o hecho. El último paso del método hipotético deductivo es la comprobación o la contrastación de la hipótesis.

 

Por último hemos hablado de Kuhn, que es un físico y filósofo de la ciencia que expone que el conocimiento -incluso el científico- es un constructo social. Sabemos que la ciencia tiene que ser universal y tiene que explicar las causas de los hechos entonces, ¿cómo puede ser también social?. La respuesta la encuentra Kuhn en la forma en la elaboramos el conocimiento. Éste se construye gracias a esas personas a las que llamamos “científicas” que, para trabajar, utilizan una serie de herramientas de observación y de resolución de problemas, estas herramientas son, sin duda, construcciones sociales y técnicas: cómo nos han enseñado a resolver ciertos problemas, con qué instrumentos contamos para observar la realidad (microscopio, radiotelescopios de púlsars, etc). Con estas herramientas elaboramos la ciencia y, cuando todo funciona bien, lo llama Kuhn “periodos de ciencia normal”. Cuando, sin embargo, percibimos o llegamos a alguna conclusión que no se puede explicar con nuestras “normales”, se da una crisis en la ciencia y, por consiguiente, en la forma o modelo de explicar la realidad (los paradigmas).

Kuhn identifica tres paradigmas históricos: el aristotélico-ptolemaico, el copernico-galileano y el newto-einstiniano. Tres paradigmas históricos que han confeccionado la forma de entender el mundo en general para cada época respectiva.

Tema 1. Práctica.

Comentario de texto

No es de asombrar que se asesine a príncipes y estadistas. A menudo hay cambios muy importantes que dependen de sus muertes y, en vista de la eminencia en que se encuentran, se hallan particularmente expuestos [...]. Pero hay otra clase de asesinatos que ha prevalecido desde comienzos del siglo XVII [...]: me refiero al asesinato de filósofos. Señores, es un hecho que durante los dos últimos siglos todos los filósofos eminentes fueron asesinados o estuvieron muy cerca de ello, hasta tal punto que cuando alguien se llame a sí mismo filósofo y no se haya atentado nunca contra su vida, podemos estar seguros de que no vale nada; por ejemplo, creo que una objeción insalvable a la filosofía de Locke (si acaso hiciera falta alguna) es que, aunque el autor paseó su garganta por el mundo durante setenta y dos años, nadie condescendió nunca a cortársela.


THOMAS DE QUINCEY. El asesinato como una de las bellas artes.

Tema 1. Práctica.

Comentario de texto

No es de asombrar que se asesine a príncipes y estadistas. A menudo hay cambios muy importantes que dependen de sus muertes y, en vista de la eminencia en que se encuentran, se hallan particularmente expuestos [...]. Pero hay otra clase de asesinatos que ha prevalecido desde comienzos del siglo XVII [...]: me refiero al asesinato de filósofos. Señores, es un hecho que durante los dos últimos siglos todos los filósofos eminentes fueron asesinados o estuvieron muy cerca de ello, hasta tal punto que cuando alguien se llame a sí mismo filósofo y no se haya atentado nunca contra su vida, podemos estar seguros de que no vale nada; por ejemplo, creo que una objeción insalvable a la filosofía de Locke (si acaso hiciera falta alguna) es que, aunque el autor paseó su garganta por el mundo durante setenta y dos años, nadie condescendió nunca a cortársela.


THOMAS DE QUINCEY. El asesinato como una de las bellas artes.

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